MARINO ILUSTRE
En 1588 muere Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, uno de los más grandes marinos que haya dado España. Él fue el almirante que revolucionó la guerra en el mar y que dio a la España de Felipe II la victoria en Lepanto y en tantos y tantos lugares. Los últimos meses de su vida los pasó preparando la invasión de Inglaterra, pero cuatro días antes de su muerte el rey (a quien le habían calentado la cabeza diciendo que el marqués estaba retrasando la partida injustificadamente) le destituyó del mando, recibiendo la noticia en su lecho de muerte, en Lisboa, donde se estaba preparando la Armada Invencible. Fue entonces cuando Lope de Vega escribió estos versos:
El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera el francés,
y en todo mar el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada.
Unos años antes había construido su fabuloso palacio en el Viso del Marqués, en el corazón de La Mancha. ¿Por qué está allí el palacio de un marino? Pues porque se sitúa a medio camino entre la Corte, en Madrid, y Sevilla, donde estaba anclada la Armada, y también a una distancia más o menos similar de los puertos más importantes.
El palacio es una de las joyas del patrimonio español, el más italiano de todos los que hay en nuestro país y un lugar increíblemente sorprendente. Hoy es la sede del Archivo General de la Marina, que lleva su nombre (Álvaro de Bazán).
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