UNA CURIOSIDAD MARITIMA
En mitad del Océano Pacífico, a mitad de camino entre el Cabo de Hornos y el extremo sur de Nueva Zelanda, alejado más de 2.600 kilómetros de cualquier costa y perdido en mitad de la inmensidad del Pacífico Sur, se encuentra el punto Nemo. Un lugar tan solitario y alejado de rutas comerciales, como peligroso por las tempestades recurrentes en esas latitudes del océano más inhóspito del planeta. |
También
conocido como polo oceánico de inaccesibilidad, y bautizado como
"Nemo" por el ingeniero oceanógrafo croata "Lucatela", en
honor al famoso capitán de la novela de Julio Verne 20.000 leguas de viaje
submarino. El punto Nemo encierra una buena dosis de misterio pues, al estar en
mitad de la "nada" oceánica, los distintos gobiernos de Rusia, USA,
China, lo utilizan como punto de reentrada en órbita de las distintas naves y
estaciones espaciales que se desintegran en su reentrada a la atmósfera.
Así las cosas,
en las profundidades del lecho marino del punto Nemo descansan los restos de
numerosos satélites espaciales, incluida la famosa Estación Espacial Rusa MIR
de 122 toneladas de masa, y en 2.031 también recibirá los restos de la Estación
Espacial Internacional, que actualmente orbita la tierra sobre ese lugar 15
veces al día a 400 kilómetros de altura, con sus 420 toneladas de equipos
avanzados. Tecnología punta y en muchos casos "Top Secret" que
descanta a cerca de 3.700 metros de profundidad y que quizás, pudiera ser
objeto de espionaje por las diferentes potencias.
Los océanos
constituyen el 71% de la superficie de nuestro planeta, que más bien debería
llamarse planeta Mar y no Tierra. De estos mares, solo se conoce el 5%,
quedando el 95% totalmente inexplorado. El Punto Nemo es el lugar más alejado y
aislado a cualquier costa, equidistante de la isla de Pascua, el atolón de las
Pitcairn, y la isla Mehar en la Antártida.
En 1.997 se
identificó a varios cientos de millas de este punto, un misterioso sonido
bautizado como “bloop”, parecido al de una ballena pero de mucha intensidad
sonora, lo que dio lugar a todo tipo de especulaciones, incluidas las de naves
alienígenas o pruebas de armas experimentales, aunque finalmente la explicación
más plausible fue la de los crujidos de baja frecuencia de los hielos de un
gran iceberg que se acerco a ese recóndito lugar.
Durante la
regata Oceánica VOR del 2.018, el punto Nemo en las coordenadas 48º
52,6’S 123º 23,6’ W del Océano Austral, fue utilizado como etapa
número 7 para los competidores, y en ese momento los veleros se hallaban a
2.688 kilómetros de cualquier costa más cercana. Los veleros soltaron boyas
oceanográficas para estudiar algunos parámetros del mar en esa zona, además de
la contaminación de plásticos en ese alejado lugar.
El punto Nemo
se encuentra en la punta Sur de la Dorsal oceánica, cuyo extremo norte llega
hasta California, y que marca la separación entre las placas tectónicas del
Pacífico y la de Nazca. En su fondo marino aparecen chimeneas hidrotermales que
expulsan magma y minerales fundidos en donde los organismos extremófilos
consiguen vivir en condiciones de extrema presión y sin oxígeno.
El punto Nemo,
se encuentra en medio del vórtice de la corriente circular del Pacífico Sur y
por ello las basuras se acumulan en ese vasto lugar, formando la triste y
enorme zona de basura de plásticos, redes y sedales, que se extiende por
varios miles de kilómetros cuadrados, hasta alcanzar una superficie parecida a
la del territorio de toda Francia. Al no llegar corrientes que arrastren
nutrientes, se trata de una zona con poca vida, a lo que contribuye esa patente
acumulación de plásticos y contaminantes.
De la web “e-MAGAZINE FONDEAR”